Un clima Continental
extremadas diferencias de temperaturas entre verano e invierno, así como una gran amplitud térmica entre día y noche y lluvias muy escasas. Condiciones sin dudas privilegiadas para producir vinos con increíble personalidad y suntuosa presencia. Sus áridos y pedregosos suelos, el riego a manto enriquecido con los nutrientes naturales arrastrados por cientos de km en su recorrido por la cordillera de Los Andes, la imponente altitud, el clima y la luminosidad, les permite obtener uvas que se traducen en vinos con tonalidades marcadas, de aromas elegantes e intensos y con sensaciones en boca sumamente equilibradas. Realizan una producción limitada de aproximadamente 20.000 botellas por año.